Hay prendas que marcan épocas. Accesorios que dejan legados. Modas que documentan el paso del tiempo en la historia de nuestras vidas. A pesar de que soy una aficionada a la cultura de la moda y su propagación en la sociedad, no me considero la persona mejor arreglada, ni la que sigue las tendencias ni la que irá por la vida dando consejos sobre qué usar o cómo vestirte. Reconozco profundamente el talento de las personas que lo hacen y de los que tienen ese estilo y personalidad dignos de poder emitir su opinión para consolidarse como líderes en dicho universo. Sin embargo, soy una mujer que admira prendas de época, que le encanta leer y ver las editoriales de moda, los artículos de profundidad sobre un análisis o un tema que tenga que ver con esta disciplina y que sin duda ama ir de compras dándose uno que otro gusto de repente.

Por ello me asombro cuando según yo me estoy poniendo algo «pasado de moda» o que quizá nadie usaría cuando sí, las cosas regresan y se vuelven contemporáneas. No sé y es algo que reconozco de los mercadólogos, su trabajo de colocar ciertas tendencias en todos lados. De repente ver que todo lo que está a tu alrededor se mezcla con tu estilo, con tu forma de ser y con tu gusto por lo que vas a usar o comprar. Así me pasó con las llamadas Bandanas, que para mí son un pañuelo o una mascada. Todo comenzó cuando Esa y Pau me regalaron una mascada muy peculiar, un preciado regalo traído desde Los Ángeles y en detalle, parte de la merch de Yayoi Kusama en sus exposiciones, regalo muy ellas adaptado a mí. Una serie de preguntas me invadieron después de que la saqué de mi maleta al llegar a casa: ¿Cómo la usaré? ¿Dónde la amarro? ¿La uso como mantel decorativo? ¿En el cuello? ¿En la cabeza? ¿La enmarco? No sabía ni qué hacer. Hasta que se la enseñé a mi novio y de broma me la amarró a la cabeza, el resultado me encantó. Me sentí como una mujer en los sesenta, como femme fatale de los setenta, como una rockstar de los ochenta y como una fan de la serie Full House cuando Mary Kate y Ashley Olsen eran el icono infantil del momento.

La verdad no sabía si era muy buena idea salir a la calle así, no muchas veces lo que está de moda te acomoda, pero sentí ánimos de verme, sentirme cómoda, de gustarme y después de recibir halagos. La he usado un par de veces y es mi favorita, ahora busco más. Hasta el momento sólo a una o dos personas he visto con esta moda, pero ayer buscando otros usos para mi fabuloso descubrimiento me encuentro con que ese cuadro de tela es un estandarte importante, un icono que marca tendencias significativas y sale a la luz a través de las figuras más emblemáticas del cine, la literatura, la música y hasta la política.

Encontré bellísimas fotografías, rostros y representaciones que marcan la línea del tiempo de la moda. La primera y mi referente de moda, elegancia y estilo: Audrey Hepburn. Amarrada a la cabeza como una diadema, como una mascada que le cubría todo el cabello, como una pañoleta alrededor del cuello, como un elemento para no dejar caer su cabello, Audrey siempre sacó a relucir que las bandanas además de útiles son un bello y delicado accesorio que no necesariamente tiene que llevarse «elegantemente». ¿Quién no la recuerda cantando Moon River con una mal amarrada bandana a la cabeza?

historia de las bandanas

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Jackie Kennedy Onassis, conocida como la primera dama de la moda, esposa del ex presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, denotó siempre un estilo pulcro, elegante y sencillo. Trajes sastre, sombreros, medias y zapatillas de bajo tacón fueron sus herramientas de uso común, las bandanas entonces surgen cuando se decantaba por el look citadino formal y se iba de vacaciones con looks relajados pero con una gracia impecable.

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O tal vez algunas prefieran un estilo más femenino, como el de Elizabeth Taylor quien anudaba por debajo de su cabeza la bandana y así servía como una diadema contrarrestando el paso de los 80 y la llegada del desenfrenado estilo de Madonna, quien para su época los colores vivos y estilo grunge se apoderaban para forjar a ese icono de estilo que también, mitificó el uso de la bandana.

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Para todos los gustos seguro habrá un motivo de inspiración, para todas las edades y para todas las tendencias la bandana es ese accesorio que nunca pasará de moda.

Imágenes: Pinterest