Hace un par de semanas fui a Ciudad de México y acompañé en uno de sus días de viaje a Esa y Pau. A pesar de no vernos muy seguido, compartimos gustos y sabemos (incluso sin habernos conocido en persona) qué es lo que puede gustarle a cada una. Por eso nuestra cita fue destinada a pasar la mañana en el museo Franz Mayer para visitar la exposición «El Rebozo. Made in Mexico» un acercamiento a uno de los símbolos más representativos en la industria del vestido en nuestro país.

El inicio de la exposición me pareció un misterio, un laberinto lleno de formas y colores que destacaba la artesanía mexicana y la ideología del uso de la indumentaria local. Cuando comenzamos la exposición la tipografía que la anunciaba me hizo reconocer una muestra curada por especialistas en diferentes disciplinas como el diseño textil, la investigación, la fotografía, la documentación y la academia. Una exhibición que había pasado por Londres con magníficas críticas y que denotaba el poder de la prenda ante los ojos de muchos extranjeros y que ven a el rebozo no sólo como un accesorio sino como un símbolo de patria, de identidad y hasta de misticismo.

Sobre «El Rebozo. Made in Mexico» se han escrito múltiples notas de prensa e incluso sin verla, ya había documentado sobre ella en Inspiración Mexicana: El Rebozo en el arte, la cultura y la moda  sin embargo, la experiencia de estar circulando por una gran cantidad de magia y de historia me lleva a recapitular algunos detalles para quienes no han podido visitar y tengan la oportunidad de hacerlo, ya que tienen hasta el 30 de agosto de 2015 en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México.

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Compuesta por alrededor de 75 piezas pertenecientes a colecciones públicas y privadas, que datan desde el siglo XVIII hasta la actualidad, el objetivo de Made in Mexico es presentar una visión fresca y diferente sobre el rebozo, como un símbolo de la cultura y la identidad mexicana, pero al mismo tiempo como una prenda atemporal que puede usarse en contextos contemporáneos.

El Rebozo es sincretismo cultural, mestizaje, es continuidad, tradición, cuna y abrigo, coquetería, pudor y luto. Según la fotógrafa mexicana Lourdes Almeida (quien expone increíbles fotografías) la Mujer Seri es de las primeras en representar el uso del rebozo, ya que «tras la conquista española en el siglo XVI las mujeres evangelizadas comenzaron a cubrir su cabeza en la iglesia con el rebozo» lo que inicia la asociación de la femineidad al mismo tiempo de la religión y creencias de las mujeres ante la sociedad y su identidad cultural.

Inmediatamente la historia del rebozo comienza a estudiarse por interesados en la derivación de una creencia religiosa y de uso común a una prenda que da personalidad a la mujer mexicana. En la exposición los curadores encargados, Hilary Simon y Dennis Nothdruft proyectan varias de las etapas y periodos en los que el rebozo ha manifestado su fuerza en la moda y afinidad femenina.

Así el rebozo se alberga en el corazón de la vida mexicana y forma parte de cada etapa de este viaje, desde el nacimiento, la infancia, el matrimonio, hasta la muerte y el duelo. La importancia de la prensa se encuentra registrada en la literatura, la música, la poesía, la historia y la cultura popular del país.

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Juanita Esquivel, mujer mazahua portando un rebozo, una fotografía de Lourdes Almeida.

La muestra fue dividida en cuatro secciones para explorar la historia de los textiles mexicanos, presentar a personajes asociados con el rebozo, como la pintora Frida Kahlo y la cantante Lila Downs, plantear su uso, las técnicas de tejido y su presencia en el arte y la moda contemporánea. Incluso una de las partes más interesantes es la que muestra un video donde se proyecta la elaboración de los rebozos en telares, junto con un mapa de México con las regiones donde se producen cada uno, ya que, según las condiciones y tradiciones de la región, cada una contiene su propio estilo de rebozo.

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Una de las pintoras más conocidas fue María Izquierdo, quien fue la primera mujer mexicana que exhibiera en los Estados Unidos. Esta pintura es un autorretrato que fue llevado a la exposición por el uso del rebozo que la artista portaba.

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el rebozo made in mexico exposición franz mayerMujer tlaxcalteca, fotografía de Graciela Iturbide en 1974.

Entretejidos, la última parte de la exposición, corre a cargo de alumnos de la Universidad Iberoamericana, quienes se inspiraron en el rebozo para crear prendas nuevas, contemporáneas y de gran valor creativo. Estas últimas piezas se exhiben además con diseñadores como Carla Fernández, Lydia Lavín y Beatriz Russek.

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Rebozo diseñado por Beatriz Russek en 1990

Este verano se pueden hacer muchas cosas y entre ellas está visitar esta exposición, los datos son:

Museo Franz Mayer

Hidalgo 45, Centro Histórico, México D.F
Martes a viernes: 10:00 a 17:00 horas
Sábado y domingo: 10:00 a 17:00 horas
Martes entrada gratuita a la colección permanente, excepto las exposiciones temporales.
Tarifa:
Admisión general $45.00
Estudiantes y maestros $25.00