Este jueves 23 de abril es una de mis fiestas favoritas en el año, el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor. Como muchos saben, este día se conmemora por la fecha del aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, El Inca. Por ello en muchos lugares adoptan esta tradición para festejar al libro como objeto, le hacen un festival, una gran presentación, en otros quizá sólo algunas actividades aisladas; el objetivo es acercar a un mayor número de lectores y de públicos activos por la defensa de las letras y de su proliferación social, un acercamiento con todos al mundo de la literatura ya sea a través de música, de salas de lectura o de talleres que animen a los asistentes a acercarse al libro sin verlo.
Se celebra también Sant Jordi, «el libro y la rosa» una festividad catalana que adopta el día del libro en su historia. La tradición deriva de una leyenda acerca de cómo un valiente caballero salva a la princesa de la villa de Montblanc de ser devorada por un dragón, al clavarle una espada en su corazón, emanó un gran chorro de sangre que cayó al suelo y del que creció un hermoso rosal. El caballero le regaló una rosa a la princesa y así se unieron ambas conmemoraciones.
En relación de este día con la moda, me puse a pensar y ver cuántos libros existen sobre dicho tema y son miles… Desde novelas biográficas sobre algún diseñador, la vida de una modelo hasta los escritos por los mismos agentes fashionistas. En mi caso y algo que de hecho Vogue desató como una bomba, son los libros de Frida Kahlo. Frida, además de ser un emblema representativo de México, es un icono artístico, de moda, admiración, inspiración y de investigación para varios temas. Hoy me centro en algunos títulos que seguro si los leen los atraparía de inmediato.
El Diario de Frida Kahlo, un íntimo autorretrato
Comencemos sin duda con su diario. Hace poco tuve la oportunidad de comprármelo, sufrí por no haberlo hecho antes, el libro es una joya que enmarca los últimos diez años de vida de la artista en el que se pueden admirar además de sus escritos, ilustraciones inéditas, relatos escondidos y frases de aspiración. Carlos Fuentes escribe la introducción en la que compara a Frida con Coatlicue, la madre envuelta en faldas de serpientes o con Tlazolteotl, diosa tanto de la pureza como de la impureza. Y Sarah M. Lowe un ensayo en el que relata que es «un acto de trasgresión, con cierto matiz vouyerista. Este documento constituye la expresión más íntima de los sentimientos de la artista, cuya intención no fue publicarlo»
«Los encajes, los listones las rumorosas enaguas, las trenzas, los huipiles, los tocados tehuanos enmarcando como las lunas ese rostro de mariposa oscura, dándole alas: Frida Kahlo, diciéndonos a todos los presentes que el sufrimiento no marchitaría, ni la enfermedad haría rancia, su infinita variedad femenina» Carlos Fuentes.
Sin duda y para todos los admiradores del arte y específicamente de Frida Kahlo, este documento resulta un material sagrado. Casi todas las ilustraciones fueron efectuadas de forma espontánea, por ello son ventanas que nos permiten entrar en el inconsciente de la artista, imágenes que ella plasmaba directamente y a continuación elaboraba.
Esta página del diario de Frida Kahlo, resulta comprometedora, tanto por lo que revela como por lo que oculta. El efecto de múltiples capas se produce por la introducción del collage. Al dibujar encima de lo que parece ser una fotografía erótica del siglo XIX, la artista proporciona densidad a la imagen. La pintora logra alterar la instantánea deformando literalmente el rostro de la mujer mediante unos rayujos.
Las Siete Cabritas de Elena Poniatowska
Frida es también figura de inspiración para muchos escritores, documentalistas, fotógrafos e investigadores. En este caso, Elena Poniatowska en Las Siete Cabritas relata algunos aspectos de su vida, de su forma tan original de vivirla y de su eterno amor en un capítulo llamado «Diego, estoy sola; Diego, ya no estoy sola: Frida Kahlo». En el también cuenta una parte importante en la vida de la artista, su paso por los Estados Unidos y el otro lado sentimental e íntimo que muchos no veíamos de ella, ya que siempre portó una imagen dura y fuerte.
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Ésta que ven ahora, yo misma Friduchita, Friduchín, Frieda, la niña Fisita de Diego, le prende fuego a su envoltura humana, quema al Judas de cartón, lo hace lumbre, escucha con sus orejas y sus aretes cómo estalla en el cielo llenándolo de luz, asombroso artificial, escucha pegada a la tierra los corridos de Concha Michel, el rasgueo de su guitarra tata chun, tata chun, oye cantar La Internacional, se queda para siempre entre ustedes, ella – yo la chingona, Frida Kahlo».
Kahlo (Dolor y Pasión) de Andrea Kattenmann
Este es un libro ejemplo claro de una de las mejores biografías escritas en torno a la artista, en él se ofrecen varios textos que relatan su vida, rincones de su casa, relatos de miembros de su familia y un análisis minucioso de su obra a través de varias imágenes. Cada capítulo da una dosis de información sobre Frida, sobre esa visión del mundo que nos conquistó a todos, ya que desde que fue unida al grupo de los surrealistas de los que siempre renegó, su obra es única porque expresa el tormento interior de un cuerpo dolorido.
«Yo tenía siete años cuando la decena trágica y presencié con mis ojos la lucha campesina de Zapata contra los carrancistas» Inicio de este libro biográfico.
Querido Doctorcito, Frida Kahlo y Leo Eloesser, Correspondencia
Uno de mis libros favoritos es este, una compilación de las cartas que Frida mantenía con su doctor de cabecera, me gusta mucho porque es una parte diferente de la artista en la que ella le cuenta directamente cuáles son sus penas, cuáles sus preocupaciones y en específico tener un análisis del perfil psicológico y del desarrollo de Frida como paciente. Un trabajo de documentación importante y digno de colección.
En una carta fechada el 17 de diciembre de 1936, Frida Kahlo dirigió estas palabras desde Coyoacán a su amigo el doctor Leo Eloesser en San Francisco, California:
Aquí le va un versito de esos que cantan en las plazas:
Si juera tinta correría
Si juera papel volara,
Si juera yo una estampilla
En este sobre me juera…»
Aquí cuelgan mis vestidos de Francisco Estebanes
Ya como último y para saber que hay literatura para todos los gustos y que nos mantiene entretenidos, es este libro que contiene varios de los vestidos de Frida listos para ser recortados, en él las ilustraciones son tan reales, tan magníficas en las que además de nos permite «jugar» a vestir a Frida y hasta Diego, el autor escribe datos biográficos, una línea del tiempo de sus más importantes logros y de su vida como artista.
«Frida cultivó con esmero su imagen; desde la adolescente con pelo y vestidos cortos se adivina un gusto peculiar. Mientras la mayoría prefería la ropa de aire cosmopolita, ella eligió un vestuario en el que con gran estilo combinaba delicadas sedas y sencillos percales, encajes o bolillos y bisutería con joyería fina».
¡Feliz Día Mundial del Libro!
