La historia de muchas marcas y tiendas es uno de los temas que más me gusta tratar, porque a pesar de que algunas son vistas como superficiales, detrás de ellas siempre hay una historia que conocer, una serie de datos que las posicionan como iconos importantes y que las consagran como referentes para cualquiera que desee hacer una consulta o una investigación sobre las bases de la moda. Esta vez una de esas marcas que ha estado presente desde hace años en el universo del lujo es Tiffany & Co. Lo primero que me llamó la atención de ella y con la que la relaciono de inmediato es la película protagonizada por Audrey Hepburn, Breakfast at Tiffany´s, donde la tienda obtiene un papel importante relativo a lo que «una chica siempre desea».
Las historias son algo que siempre me atrapa. En 1837, Charles Lewis Tiffany llegó a Nueva York con la visión e idea de que la belleza espectacular debía definir el glamour y el estilo en todo el mundo, así que decidió abrir una tienda con artículos de lujo en la que asistían magnates, personas de sociedad y jefes de estado. El punto clave para su reconocimiento y consolidación fue cuando Charles Tiffany compró uno de los diamantes amarillos de fantasía más grandes y finos del mundo y le dio el nombre del «Diamante Tiffany´s». Posteriormente, se aventura a comprar las joyas de la corona francesa, lo que causó un alto impacto en el mundo, al grado de llegar a darse a conocer como el Rey de los Diamantes, a partir de ese momento la tienda sería el lugar ideal para su compra y el hogar de los mejores diamantes del planeta.
Un elemento importante a destacar es que el anillo con «Montadura Tiffany» es el que realmente aceleró las emociones del mundo al ser el anillo más brillante que se haya diseñado y el que se consagro como el de compromiso por excelencia. Como todas las joyas en la famosa Casa Azul Tiffany, es reconocido como lo mejor que existe.
Desde su fundación, Tiffany ha estado a la vanguardia de los grandes movimientos mundiales de diseño. Sus piezas de plata Japanesque le hicieron acreedora a los más altos honores en la Feria Mundial de París en 1878 y, en los albores del siglo XX, Louis Comfort Tiffany surgió como uno de los líderes de la corriente Art Nouveau. Desde audaces creaciones estilo coctel y glamorosas y geométricas piezas Art Deco hasta las obras inspiradas en la naturaleza de Jean Schlumberger y Elsa Peretti, Tiffany ha incursionado en territorios nuevos una y otra vez con diseños fuera de serie que hoy continúan vigentes; en la actualidad, otro de los nombres de renombre que diseñan para la marca es Paloma Picasso.
Uno de los elementos que sin duda son imprescindibles de la marca, son sus famosas «Tiffany Blue Box», las cuales coronadas con un moño blanco, es un símbolo internacional de estilo y sofisticación. El color azul de su caja está registrado en el Pantone con el número 1837, coincidiendo con el año de su fundación.
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Desde principios del siglo veinte, el mundo ha estado fascinado por el glamour de Tiffany. Nombres como Audrey Hepburn, Natalie Portman, Angelina Jolie, Kate Winslet, etc. portan las joyas y las colocan como sus predilectas para lucirlas ante el mundo. Un dato curioso de la firma, es que fue la que creó el primer trofeo de la Liga de Fútbol Nacional, la Super Bowl en 1970 y que en En 1885 rediseñó el Great Seal (escudo de los Estados Unidos de América) que aún hoy puede verse en los billetes de un dólar.
Colecciones como «Mad About Jazz» o la diseñada para «The Great Gatsby» son de las más significativas de la casa ya que además de ser hechas exclusivas, son piezas de alto impacto y de gran admiración. Sin duda, otra de las cosas que resaltan de Tiffany y que más me gustan son sus increíbles campañas, las cuales llenas de azul Tiffany e ilustraciones, videos e im´genes encantan a más de una, incluso al mismo Andy Warhol, quien diseñó una serie de tarjetas navideñas para la firma.
Imagenes vía Pinterest