«El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura» Salvador Dalí.
Con ésta y muchas más excentricidades, el mundo se congratula de tener en sus filas a uno de los más grandes precursores del arte y la pintura surrealista. Conocido por sus cuadros excéntricos, Salvador Dalí era un pintor catalán nacido exactamente en 1904 en Figueres, Girona; con varias interacciones en la pintura, logró destacarse entre sus compañeros de Bellas Artes en Madrid, codeándose con los mejores pensadores de la época como Luis Buñuel, Federico García Lorca, Pedro Garfias, Eugenio Montes, Pepín Bello, entre otros y exponiendo sus primeros trabajos en varios lugares de España.
Los cuadros de Dalí no son lo único que desarrolló como artista, incursionó en la escultura, el dibujo, la ilustración, la joyería y claro, la moda. Como un reconocido icono, siempre demostraba que sus pensamientos y estrafalarias ocurrencias iban más allá de su lienzo, ya que proyectaba una imagen de locura y rareza en cada atuendo que portaba. Desde su alocado bigote a la combinación de pantalones ceñidos, camisas de corte clásico, chalecos, blazer texturizados, calcetas largas, zapatos de charol y su clásico bastón negro, Dalí establecía el sentido de ser un artista que va más allá de su trabajo, una persona comprometida con su manera de ver la vida, tratando de impregnar un poco de su locura ante los demás…
Su gran pasión por el color y la ilustración lo llevó a colaborar con la moda y la publicidad, creó varios anuncios para revistas como Vogue y Harper’s Bazaar, marcas como la famosa campaña de publicidad de los pantys Bryans, Datsun o Chupa Chups.
Pero en definitivo, la participación que tuvo Dalí en la moda no se queda sólo en la ilustración, va mucho más allá…Comenzando con su matrimonio con Gala, una mujer icónica en el mundo del buen vestir, la cual siempre lograba que como pareja brillaran por su singular estilo y sus aportes e influencia para otros artistas, inspirando a diseñadores de moda y provocando a fotógrafos y otros pintores a atesorarlos en sus trabajos. Su amistad con Elsa Schiaparelli, lo llevó de la mano para comenzar una carrera en lo fashion, diseñando el Vestido Langosta o el raro Sombrero Zapato, lo que los estereotipo como diseñadores surrealistas, colaborando además, en las ilustraciones y botellas de sus perfumes.
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Y para continuar con su legado, se adentró en el mundo de la joyería, con piezas que encerraban un misterio surreal y un gran gusto por el lujo, entre ellas se destacan «Labios de Rubí» y «El Ojo del Tiempo». E inspirando diseños de pasarela como a Agatha Ruiz de la Prada; descubriendo un poco más en el arte, vemos un lado diferente de un pintor que siempre buscó innovar, destacarse con esa personalidad irreverente y llenando cada creación de moda, color y fantasía.
